El aceite de neem, extraído de las semillas del árbol Azadirachta indica, es un producto natural ampliamente utilizado en agricultura por sus propiedades insecticidas y antifúngicas. Se obtiene principalmente a través de dos métodos: la extracción en frío y la extracción con solventes. Veamos cómo funciona y en qué plantas se puede utilizar eficazmente.
¿Qué es el Aceite de Neem?
El aceite de neem se extrae de las semillas maduras, contenidas dentro de los frutos que son drupas similares a las cerezas, del árbol Azadirachta indica. Después de la cosecha, las semillas de neem se secan al sol para reducir el contenido de humedad y prepararlas para el proceso de extracción del aceite.
Existen dos principales métodos de extracción del aceite de neem:
- El primero es la extracción en frío: Este método implica la presión mecánica de las semillas de neem para extraer el aceite; se considera el mejor método porque conserva la mayoría de los nutrientes y compuestos activos presentes en las semillas.
- El segundo es la extracción con solventes: En este proceso, las semillas de neem se muelen y se tratan con solventes químicos, como el hexacloro de metileno, para extraer el aceite. Este método puede producir una mayor cantidad de aceite, pero puede comprometer algunos de sus componentes naturales.
Una vez extraído, el aceite se somete a un proceso de filtrado para eliminar impurezas y partículas sólidas residuales.
¿Cómo Actúa el Aceite de Neem?
El aceite de neem actúa de diversas formas, lo que lo convierte en un producto versátil que todo buen cultivador aprende a apreciar. Veamos específicamente para qué sirve y cómo funciona:
- Insecticida y Repelente
El aceite de neem tiene propiedades insecticidas y repelentes contra una amplia gama de insectos dañinos, como áfidos, cochinillas, ácaros, mosquitos, moscas y otros parásitos. Actúa alterando el ciclo de vida de estos insectos, interfiriendo con su sistema endocrino y alterando su crecimiento y desarrollo. También puede actuar como repelente, desalentando a los insectos de alimentarse de las plantas tratadas; una vez aplicado, penetra en las estructuras de la planta y permanece activo en el sistema linfático durante muchos días, actuando tanto por contacto como por ingestión. Esto lo convierte en un tratamiento a largo plazo muy efectivo. - Antifúngico
El aceite de neem también tiene propiedades antifúngicas, que lo hacen efectivo en el control de varias enfermedades fúngicas de las plantas, como el mildiu blanco, la roya, la botritis y el moho gris. Actúa interfiriendo con el proceso de germinación de las esporas fúngicas, inhibiendo el crecimiento de los micelios y dañando las membranas celulares de los hongos.
¿En Qué Plantas Utilizarlo?
El aceite de neem se puede utilizar generalmente en todas las plantas: plantas verdes, plantas con flores, arbustos, setos y árboles; sin embargo, hay algunas plantas que a veces son más sensibles y pueden mostrar signos de fitotoxicidad cuando se tratan con concentraciones altas o no diluidas. La solución es seguir siempre las indicaciones sobre las dosis y la aplicación y, por seguridad, probar la solución primero en una pequeña parte de la planta.
Las plantas en cuestión son las siguientes:
- Berenjenas (Solanum melongena): Las berenjenas son conocidas por ser sensibles al aceite de neem, especialmente cuando son jóvenes y están en fase de crecimiento activo. El aceite de neem puede causar quemaduras en las hojas y partes vegetativas, comprometiendo el crecimiento y desarrollo de la planta.
- Pepinos (Cucumis sativus): Los pepinos también pueden ser sensibles al aceite de neem, especialmente si se aplica en concentraciones altas o en condiciones de estrés ambiental. Puede causar quemaduras en las hojas y afectar negativamente la producción de frutos.
- Calabacines (Cucurbita pepo): Los calabacines también son sensibles al aceite de neem, especialmente durante las fases de crecimiento activo. También en este caso, causa quemaduras en las hojas y puede afectar la salud general de la planta.
- Tomates (Solanum lycopersicum): Aunque los tomates no son extremadamente sensibles al aceite de neem como otras plantas de la familia de las solanáceas, pueden mostrar signos de fitotoxicidad si se tratan con concentraciones altas de aceite no diluido. El aceite de neem puede causar quemaduras en las hojas y afectar la producción de frutos.
Motivos de la Sensibilidad:
- Estructura de la Hoja: Algunas plantas tienen hojas más sensibles y delgadas, que pueden dañarse más fácilmente por el aceite de neem.
- Absorción: Algunas plantas pueden absorber y reaccionar a los aceites esenciales de manera diferente, lo que las hace más sensibles a los efectos del aceite de neem.
- Concentración: El aceite de neem es más probable que cause daños si se aplica en concentraciones altas o no diluidas, especialmente en plantas sensibles.
¿Cómo Preparar la Solución?
El aceite de neem no debe utilizarse puro, sino diluido en agua; en general, se recomienda diluir de 5 a 15 ml por cada litro de agua. Una vez creado el compuesto, se transfiere a un nebulizador para comenzar el tratamiento.
¿Cómo Hacer el Tratamiento?
La solución se debe nebulizar sobre hojas, ramas y tallo. Se puede utilizar una bomba pulverizadora o un rociador, pero es importante realizar el tratamiento en las horas menos calurosas del día, como temprano en la mañana o por la tarde, para evitar que el sol reduzca la eficacia del principio activo.
Siendo un producto sistémico y natural, se recomienda repetir el tratamiento cada 7-10 días hasta el periodo de floración, interrumpiéndolo al menos dos días antes de la cosecha.
Conclusión
El aceite de neem es un aliado valioso para el control de insectos y enfermedades fúngicas en la agricultura. Si se utiliza correctamente, puede proteger las plantas de manera efectiva y natural. Sin embargo, es fundamental seguir las dosis recomendadas y probar siempre en una pequeña parte de la planta para evitar daños.